Desierto en sigilo
(Dedicado a mi amigo
Zerk Montecristo).
El silencio es un nido de luces
que gira entre las manos
como fiebre de insomnio.
Por eso a veces no respiro
ni descanso junto al saguaro
más allá del atardecer.
Prefiero la fría recámara
un juego de ajedrez
o el temblor de unos versos
de-
sor-
de-
na-dos
Escucha a los perros ladrar
mientras la bruma de las sábanas
b
a
j
a hasta la hierba del salitre.
(Llegan las horas de los buitres
y los cristales de arena golpean la ventana).
Llueve
en (des)ciertos lugares
el miedo se desborda
perfora cuerpos y cierra ojos
con balas anónimas.
Sólo quedan los ladrillos solos
los pasillos enmudecidos
dentro de edificios
grises
de papel
como duelo prostituído
y mirada de cenicero.
Antonio Flores Schroeder (Ciudad Juarez, Chihuahua)
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